Decides relajarte y tardar un poco más en el baño, juegas con el agua, e incluso, si tienes bañera has estado a punto de tomar una siesta. Al secarte y salir te percatas que tienes las yemas de los dedos arrugadas ¿por qué?
Existen 2 posibles, creíbles y prácticas explicaciones. Una de ellas establece que es un mecanismo utilizado por el sistema nervioso con el fin de proveer un agarre firme en circunstancias húmedas. Incluso investigaciones más profundas han determinado que nuestros antepasados requerían de esta "pericia" para hacerse con alimentos sacados del agua, bien sea para tomar con la mano alguna presa o para mantenerse en pie sobre una roca húmeda.
La otra explicación establece que al mojarnos durante un tiempo prolongado el tejido interno se contrae y provoca que la piel se arrugue, es como si nos quedara grande por un momento y por ello se arruga.
