Todo sobre la eyaculación femenina

En 1950, el médico Ernst Grafenberg descubrió las glándulas parauretrales de Skene, conocidas luego como punto G en su honor, y que son la clave de la eyaculación femenina. Alfred Kinsey, Masters y Johnson, sexólogos de la época, se dedicaron a investigar el asunto, llegando incluso a la conclusión de que la eyaculación no era orina, pero la comunidad científica se burló de ellos y consideró que era algo relacionado con la incontinencia urinaria.

Pero, ¿cómo funciona el cuerpo de una mujer para eyacular?
El punto G funciona como una fuente de intenso placer sexual para la mujer. Este punto es una parte de la esponja uretral, con una sensibilidad enorme que reacciona favorablemente al roce o la presión.

La habilidad de un amante a la hora de estimular este punto en particular llevará a la eyaculación de la mujer en el mejor de los casos. La estimulación del clítoris o del cuello uterino también pueden influir, pero sin duda alguna, es el punto G quien está involucrado en este proceso.

Llegados a este punto, teniendo en cuenta que la eyaculación, como la del hombre, está relacionada con el orgasmo y la estimulación, a muchos les preocupa qué es el líquido. No es orina: aunque los análisis químicos de la eyaculación muestran que este líquido tiene trazas de urea y creatinina, también contiene altos niveles de glucosa y una enzima que se encuentra en el esperma.

Las glándulas de Skene son las que secretan este líquido: se encuentran a cada lado de la uretra, por lo que muchas veces puede dar lugar a confusión, y aún muchos estudios buscan demostrar que no es más que orina.

Aunque no todas las mujeres han llegado a eyacular, y no todas lo hacen de la misma forma, lo cierto es que todas tienen el equipo biológico para hacerlo.